Edición 15 - Internacional

Posted by . On miércoles, 19 de mayo de 2010 0 comentarios
PISA
La Torre inclinada
Por Ángela Acuña

El cambio de vuelo a última hora y las horas de retraso, no le restan ni un ápice de interés a mi visita a Pisa. Todo eso queda olvidado.
Al noroeste de la Toscana, extendiéndose sobre la llanura del río Arno, se enclava Pisa, ciudad que se hizo famosa por los monumentos que conforman el Campo dei Miracoli, por las esculturas de la familia Pisano y por su gran tradición en estudios científicos, iniciada por Galileo en la época del Gran Ducado de Toscana. 



Caminamos por la vía Francesco Crispi, la cual al cruzar el Arno, cambia de nombre y pasa a ser la vía Roma, al final de ésta, nos espera la Piazza Duomo o Piazza dei Miracoli, el corazón de la ciudad, con el espectacular Duomo, su campanario o como comúnmente, se le conoce, la torre inclinada y el elegante Baptisterio de San Juan.
Aunque la belleza del Duomo y del Baptisterio, puede dejarte sin palabras, soy sincera y como el resto de los mortales me dejé seducir por esa construcción cilíndrica que parece saludar a sus visitantes con su inclinación.


Cientos posamos en los alrededores con las manos extendidas para realizar la más típica de las fotografías. En la que parecemos sujetar la torre para evitar que se caiga.
La construcción de este singular campanario, se encargó al arquitecto Bonanno Pisano hacia el año 1173. Este se propuso erigir un campanario en forma de columna y separado de la iglesia. No obstante, tras la construcción de los primeros tres pisos, la torre empezó a inclinarse. La causa de la inclinación era el inestable subsuelo sobre el que se estaba levantando la torre. Pisano temió que su fama de arquitecto se viera afectada y mandó parar las obras. 


Casi 100 años más tarde, Giovanni di Simone se arriesgó a reanudar la edificación, pero poco después también la abandonó.
Tommaso Pisano decidió continuar la construcción del campanario y terminar la obra. En 1372, la torre del campanario quedaba lista para su inauguración. Tras siglos de descuido y de visitas incontroladas los expertos detectaron que el campanario se había inclinado 4,5 metros con respecto a su eje y el 7 de enero del año 1990, las autoridades la cerraron al público por miedo a un derrumbe.
La torre tiene 55 metros de altura, pero sus cimientos sólo tienen 3 de profundidad. Los arquitectos e historiadores del arte llegaron a abandonar la torre a su suerte. Entre el mes de febrero de 1999 y junio de 2001 se puso en práctica una nueva técnica.
En los cimientos de la parte norte se insertaron una serie de tubos que debían permitir la extracción de treinta toneladas de tierra con la máxima seguridad y, a continuación, enderezar la columna unos 50 cm. La nueva técnica dio unos resultados magníficos, de manera que en la actualidad la torre presenta una inclinación moderada y absolutamente estable, aproximadamente la que tenía hace unos 250 años. 


Desde el año 2002, se les permite a treinta personas por espacio de treinta minutos –actualmente previo pago de 15 euros- subir los 294 escalones y acceder a la sala de campanas, desde donde Galileo realizó sus experimentos sobre la gravedad. Los cincuenta y cinco metros de altura de la torre te permiten disfrutar de una estupenda panorámica de la bella ciudad toscana.

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