CORPUS EDITORIAL

Posted by . On domingo, 18 de enero de 2009 0 comentarios

Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008
La crisis económica en el país crea una inestabilidad en la valoración de la educación y el arte quedando erróneamente en un segundo plano.


Al organizar un evento artístico cultural vemos diferentes factores que hacen muy loable dicha tarea, en especial para los jóvenes artistas y promotores culturales que inician su trabajo.


El Estado y las empresas, al creer de manera equivocada que al arte no es un evento masivo, no apoyan las actividades culturales y al no ser difundidas las personas quedan limitadas, sin criterios ni apreciaciones. De esta manera el arte se ve relegado solo para un grupo de personas que acceden a ella creando un circulo viciosos de una élite muy difícil de romper.


En esta nueva edición los invitamos a conocer algunas de las recientes propuestas, que al ser concientes del principal problema del arte actual tratan de replantear y abrir el panorama artístico hacia nuevos espacios, públicos y medios buscando representar su verdadero valor y propósito.

Resaltamos los aportes de nuestros lectores en el foro ArteCorpus sobre el mecenazgo en el país, aclarando la función del llamado mecenas cultural, su importancia y dando nuevos alcances para obtenerlo.

Finalmente estamos muy contentos de poder presentarles nuestro segundo proyecto al organizar la exposición “ IN “ del artista Juan Carlos Delgado en el Centro Cultural de la Escuela Nacional de Bellas Artes.


Forma parte del arte!


ArteCorpus.org

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QUIENES SOMOS


Arte Corpus es una página web peruana especializada en la investigación, difusión y promoción del arte. Este espacio ha sido creado por un grupo independiente de historiadores del arte y artistas que buscan suscitar el interés y la comprensión de las diferentes manifestaciones artísticas, enriqueciendo el conocimiento que se tiene de las mismas a través de artículos, entrevistas, investigaciones y exposiciones.La página apunta a tener un perfil de actualidad, constituyéndose en un centro de información sobre temas culturales del momento, a nivel local e internacional. Sobre todo, pretende ser una ventana para los nuevos investigadores, artistas y críticos.



Consejo Editorial:
Raquel Castro
Eibby Rosillo
Julisa Espinoza



Agradecimientos:
Miriam Castro - Fondo Editorial de U. San Marcos,Elvis Chuco - Tekno,Fundación Daros, Manuel Marcos Percca,Luis Repeto Málaga, Joseph de Utia, Hugo Alegre, Iván Fernández.



Organiza el Encuentro de Museos de las Américas en la Mitad del Mundo que, con el tema: "Gestión y Marketing: Herramientas indispensables en los museos del siglo XXI", se realizará entre el 17 al 20 de junio del 2008. Todo el programa Académico se realizará en el auditorio mayor del Centro Cultural PUCE.

El congreso contará con la presencia de algunos expertos extranjeros como Neil Kotler, Presidente de Marketing para Museos y Turismo. Consultores, USA; Gary Edson, Director Ejecutivo del Programa de Museos de Ciencias de la Universidad de Texas, U.S.A.; Marina Chinchilla, Coordinadora General del Museo del Prado, España; María Victoria Sánchez Gómez, Subdirectora General de Museos Estatales, España; Quirino Olivera, Director Ejecutivo de la Asociación Amigos del Museo del Señor de Sipan, Perú; Luisa de Peña Díaz, Directora General de Museos, República Dominicana; Mónica Bahamondez, Centro Nacional de Conservación y Restauración del Museo de Isla de Pascua, Chile; Lyliam Alburquerque, Universidad de Buenos Aires, Argentina, entre otros.El Encuentro de Museos de las Américas, está dirigido a todos los países del continente americano y a funcionarios de museos y centros culturales (directores, administradores, asesores de marketing, gestores y promotores culturales, profesionales de museos, amigos de los museos, presidentes y miembros de fundaciones, museólogos, museógrafos, conservadores-restauradores, consultores, profesores, curadores, investigadores y estudiantes).

Las actividades académicas a desarrollarse, permitirán a los asistentes participar de conferencias magistrales y ponencias sobre la Gestión de fondos para Museos; Marketing de Museos: Propuestas de aplicación; y la Presentación de los Museos de las Américas, que darán a conocer la aplicación efectiva de sus estrategias para la consecución de fondos.Organizan y dirigirán el desarrollo del Encuentro de Museos de las Américas Gaby Costa Ullauri, Coordinadora del Centro Cultural de esta Universidad, (cc@puce.edu.ec o gmcosta@puce.edu.ec ) y Juan Carlos Fernández-Catalán, Presidente de la Corporación Académica de Restauradores y Museógrafos del Ecuador (CARME / carmecuador@yahoo.com)

Para mayor información: www.encuentromuseosquito.com

Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


ICONOS URBANOS

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Joseph De Utia y sus fantasmas urbanos
-Galería-

Stainer manchada

Utia es un artista multidisciplinario que comparte la plástica, la gestión cultural y la dirección de la página web Círcuito de arte.

En el mes de mayo llamó la atención su exposición Retratos de la Vida Urbana, en la galería municipal Pancho Fierro con motivo del ALCUE, en donde retrataba el tema urbano desde sus personajes más resaltantes.

"El tema urbano se ha convertido en una parte integral del desarrollo creativo de muchos artistas. También procura desafiar la sabiduría convencional mostrando las dimensiones menos conocidas de la plasticidad con recursos digitales hasta obtener el encanto de lo visual en cada retrato”. Declara el artista.

Este simbolismo cuestiona los personajes que se representan como modelos o figuras de nuestro quehacer cotidiano y que marcan una época llena de cambios y paradojas. El artista desde siempre ha sido un cronista que va librándose de fantasmas que ingresan en el imaginario colectivo mimetizándose hasta convertirse en parte de nuestra personalidad.

Personajes que admiramos u odiamos, que imitamos o rechazamos, de los que siempre estamos atentos a sus historias y que queramos o no reflejan nuestra manera de pensar, nuestros valores y nuestra estética actual.

Así vemos reflejada la admiración por la cultura “chicha”, personajes emergentes de los conos, la nueva música andina como Dina Páucar o el deporte, entre otras figuras. "Busca compartir el retrato vivo de lo cotidiano de la experiencia del exponente con su entorno personal, local, e introspectivo”, afirmó la directora de la Galería Municipal.


Sofía



Pat priest



Fabiola Fucsia
Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


LOS DIOSES Y LOS HOMBRES

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HUGO ALEGRE
-Galería-
El encuentro

Para muchos el arte es una dimensión sagrada de la realidad, por ello este escenario metafórico resulta propicio para que un artista como Hugo Alegre exponga y confronte los personajes de ese universo de dioses personales. Donde el sincretismo, la yuxtaposición y la resistencia se determinan e influyen recíprocamente, en una dialéctica que se genera en ese difícil y algunas veces incomprensible diálogo de dos culturas radicalmente distintas. Han transcurrido ya más de 500 años de este diálogo, pero en su haber podemos encontrar la presencia de este artista cuya reflexión plástica nos ubica permanentemente en el ojo de la tormenta.

Angel

“Hugo Alegre recupera el lenguaje figurativo en el que el antropomorfismo revelan los distintos procesos biológicos de la existencia humana, la gama racial de sus componentes y la supremacía de seres fantásticos en los que combina el zoomorfismo de las culturas ancestrales y vernáculas tanto de las fuentes clásicas occidentales como las incaicas. Su indicio más significativo de a contemporaneidad es la cromaticidad en la utilización de las gamas psicodélicas y la sencillez figurativa, tomando como referente el arte popular”.

Astrid Bahamond

Crítica de Arte – San Salvador E.S. 2002


libro nhugo

“Quienes conocen mi obra pueden advertir que no pinto por pintar, ni por rutina. Mi trabajo responde a una valoración del hombre andino, como presencia mestiza en la diversidad cultural peruana.En mis inicios opté por la pintura de carácter costumbrista, porque tenía la necesidad de expresar mis recuerdos, la nostalgia de lo vivido. Además la cotidianidad en el campo llevada al terreno de la plástica, fue esencial para desarrollar un lenguaje propio de color y composición. Una realidad de constantes cambios, producto de la fusión de nuestras culturas y de la cual yo también soy parte. Pero en este contexto de transfiguraciones, intuí una forma de resistencia que se expresaba en el constructo mágico religioso.. Los personajes protagónicos de esta lucha eran los brujos, chamanes y curanderos. Son ellos quienes encarnan el sincretismo conceptual que da sustento a millones de latinoamericanos.Es esta interpretación la que hace cambiar las formas de mi pintura, de la figuración a la abstracción, pasando de la nueva figuración al simbolismo, del surrealismo a la figuración para luego retornar al pop art, estilo que lo disfruté tempranamente cuando era estudiante en el colegio secundario”.

HUGO ALEGRE

Estandarte I



Adan y Eva y La Fuente del Deseo



Guardianes de la Huaca

Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


Por: MANUEL MARCOS PERCCA

«(La devaluación de la crítica) tiene mucho que ver con ciertos ejercicios irresponsables de los que cobardemente todos los que hemos hecho crítica en diarios y revistas deberíamos ser capaces de aceptar. De introducir ideas nuevas sin darle un correlato directamente a la situación de las artes plásticas localmente». Jorge Villacorta [1]

«(...) El enorme alcance de los canales de comunicación que atraviesan las fronteras culturales tiene el efecto de desmantelar viejas formas de marginación y dominación, y permite imaginar nuevas formas de democratización y multiplicidad cultural».William Rowe y Vivian Schelling [2]

«La ausencia de confrontación abierta favorece una tendencia conservadora que se acompaña de formas de movilidad patrocinada al interior del campo».Néstor García Canclini [3]


Hace unas semanas el periodista Eduardo Deza puso en nuestras manos la edición N° 1 de la revista JUANACHA [4] a fin de que la comentemos «de manera diferente». Sentimos su pedido como una tarea difícil, en primer lugar, porque la revista no tiene una editorial —al menos no en el sentido tradicional del término— que la defina o nos acerque a sus objetivos y, segundo, porque sus artículos —casi veinte— detallan las «nuevas actitudes» hacia la glosa, el análisis y la crítica de las artes por parte de gente que, particularmente, no conocemos. Sin embargo, confesamos que mientras le dábamos una «ojeada» afloró nuestra curiosidad, cosa que nos dio ánimos de aceptar los requerimientos del experimentado hombre de prensa y, posteriormente, remitirla a esta publicación.


Hace unas semanas el periodista Eduardo Deza puso en nuestras manos la edición N° 1 de la revista JUANACHA [4] a fin de que la comentemos «de manera diferente». Sentimos su pedido como una tarea difícil, en primer lugar, porque la revista no tiene una editorial —al menos no en el sentido tradicional del término— que la defina o nos acerque a sus objetivos y, segundo, porque sus artículos —casi veinte— detallan las «nuevas actitudes» hacia la glosa, el análisis y la crítica de las artes por parte de gente que, particularmente, no conocemos. Sin embargo, confesamos que mientras le dábamos una «ojeada» afloró nuestra curiosidad, cosa que nos dio ánimos de aceptar los requerimientos del experimentado hombre de prensa y, posteriormente, remitirla a esta publicación.

En nuestro medio, es difícil encontrar una revista sobre arte que sólo cueste cinco soles como JUANACHA, y eso puede ser algo meritorio: la revista tiene más de cien páginas, un tamaño que hace cómoda su lectura, muchos artículos, mucha información. Sabemos de más de veinte proyectos que pretendieron realizar algo parecido pero que quedaron truncos en el camino. Sobre su diagramación y diseño, estamos seguros que los entendidos encontrarían muchas deficiencias, y a ellos preferimos dejarles la crítica. Lo que sí podemos rescatar, a simple vista, es el hecho de que al estar elaborada en blanco y negro JUANACHA posee una saludable apariencia de pulcritud. En la portada aparece una suerte de retrato del crítico de arte Jorge Villacorta, trazado con tinta negra (con todo, al parecer olvidaron poner el nombre de su autor así como la técnica empleada).

Merece destacarse que todos los participantes en la revista son jóvenes artistas, curadores o críticos de arte «independientes»: Sharon Lerner, Piero y Rodrigo Quijano, Eliana Otta, Miguel López, Luz María Bedoya, Juan Salas, flavia Gandolfo, Philippe Gruenberg, Gilda Mantilla, entre otros. En JUANACHA priman las entrevistas y la trascripción de conferencias y los artículos son concebidos en tono de crónica. En sus páginas uno encuentra dossiers, reseñas, apuntes de eventos internacionales de arte del 2007, traducción de artículos referidos a la vida cotidiana, etc. De ellos destaco «El lugar de la crítica», que viene a ser la trascripción de una charla del crítico Jorge Villacorta dado en Lima en 1997 (pp. 37-43), y «Villacorta: Ten Years Alter» (pp. 99-107).

Todo lo posible existe en esta primera edición. Todo lo humano desfila en su interior. Y tanto así como aciertos, también tiene flaquezas. Hay entusiasmo y exaltación pero también silencios y, en algunos casos, amnesias selectivas. Estos silenciamientos selectivos hacen que JUANACHA sea la expresión de una forma de situarse frente a las artes que difícilmente compartiríamos. Nos hacen verla como la expresión casi perfecta de una «corriente» que nos anuncia una nueva forma de analizar el arte contemporáneo que obvia todo instrumento conceptual para comprender su dimensión material al interior de la vida social. Por eso consideramos que JUANACHA nos indica que el énfasis de quienes hoy escriben y hablan sobre arte radica en lo cultural y lo simbólico. Que ya no se reflexiona a las artes desde sus relaciones de «dominación», «alienación» o algo que deba ser cuestionado y alterado, sino simplemente como parte de la realidad de una sociedad posmodernizada. En otras palabras, la revista nos advertiría de la ausencia de toda actitud evaluadora y crítica: «negativa».

¿Qué estamos viendo con toda esta perspectiva? Que JUANACHA evidencia el tránsito de un pensamiento crítico del arte y el artista —que buscó en el presente las posibilidades de su transformación considerando que todo podría ser de otra manera— a un pensamiento que se limita a constatar y «exaltar» el carácter inmodificable de la sociedad, el arte y la condición de los artistas [5].Así, no es nuestra intención formular un comentario sobre la calidad de los artículos de la revista, sino más bien analizar esta «nueva» forma de hablar y escribir sobre arte, una tendencia que es evidente no sólo en JUANACHA sino, también, en otras revistas o medios de difusión actual. Para eso nos basaremos en algunos aspectos que puedan denotar el paso de una actitud y pensamiento critico-socialista (en cierto sentido «hereje» e impugnador del sistema cultural y artístico vigente, de un voto ético por el cambio) a otro invadido de espíritu demo-liberal (que busca interpretar el arte como un «espacio común», producto de «positivas» mezclas e hibridaciones culturales, para no presentarlos como campos reales de disputas y tensiones entre diferentes grupos, sea estéticos, étnicos o de clase).


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Ya se ha mencionado que JUANACHA evidenciaría el paso de una reflexión y crítica ligada a una ideología del cambio a un cambio de la reflexión y crítica que sólo busca ver el arte desde perspectivas culturales y simbólicas. Incluso, parafraseando a Horacio Machín [6], se puede decir que de interpretaciones del arte dentro de una perspectiva histórica materialista —para suscitar fuerzas de cambio socio-artístico— se ha dado paso a una visión post-histórica: es decir, a una donde toda historia es contingente y todo cambio es coyuntural y la crítica del capitalismo deja de ser un articulador de la idea de identidad estética, regional, nacional o cultural. Llegado a este punto nace la pregunta general: ¿Qué sucedió para que la manera de hablar y escribir sobre arte en la actualidad carezca de un contenido y una dimensión cuestionadora «negativa»?

Sucedió que hace unos años todos los esfuerzos del capitalismo por desdibujar los grandes discursos —o metarrelatos— que planteaban la historia y el análisis en términos de disputa, lucha, tensión u oposición de ideologías, estéticas y culturas (nacionales, regionales o locales) lograran su objetivo: borrar del mapa a muchos de los entusiastas o forjadores de dichos planteamientos, antagonistas «negativos». De hecho, estos personajes fácil, y rápidamente, son seducidos e incorporados —en calidad de funcionarios— al interior del sistema, para construir un aparato de propaganda que «hablase» no tanto en clave de disputas y luchas, sino de una crisis de «todos» los paradigmas teóricos de occidente —sobre todo, esos «divisionistas» y «confrontacionales»— o de una urgencia de que la vida social en su conjunto adopte las formas democráticas en pro de la «convivencia», la «paz mundial» y la «supervivencia». Eran los tiempos de la Guerra Fría.

Animados por el colapso de los regímenes de ideología comunista y la caída del Muro de Berlín (1989), vendieron la idea de que ésas fueron las señales concretas para que el planeta entero se integre bajo el modelo democrático-liberal de occidente y su promesa de «libertad infinita» para actuar, crear y competir. Ambos sucesos, además, les permitió fundamentar la falacia de la irrupción de un nuevo mundo, una nueva era, una sociedad abierta, una meta-cultura global, que no podía ser construida ni criticada por teorías «negativas» o «divisionistas» nacidas en los inicios de la era industrial.

Alejados de visiones que cuestionaban la esencia misma del sistema capitalista, los nuevos letrados del sistema buscaron difundir, e imponer, la idea de que lo fundamental era «contemplar» la nueva realidad cotidiana, su carácter indeterminado, los desplazamientos culturales en época de globalización y desmaterialización, las nuevas subjetividades y sus sentidos múltiples, o «describir» las contemporáneas conductas sociales y culturales (fragmentarizadas y heterogéneas) surgidas en el «presente postcapitalista» y posconvencional. ¿Qué se haría con lo pensado y escrito hasta ese momento? Los títulos que inundaron las librerías del mundo, desde inicios de la década de 1990, nos ayudan en la respuesta: «… fin de la historia», «… fin de la era de la razón», «... improcedencia y fin de las utopías que buscaron la unión y la libertad de los oprimidos y explotados del mundo», «... fin de la era capitalista y de sus enemigos: los revoltosos anticapitalistas», «fin de la era industrial», «crisis y muerte del proletariado», «...muerte de los grandes relatos», «... muerte de la pintura de vanguardia», «… muerte del autor», «... fin de la idea de la lucha por el poder», «... agonía de los partidos políticos», y así sucesivamente.

Al mismo tiempo aparecieron libros y vulgatas sobre postmodernidad, postestructuralismo, deconstrucción, posvanguardia, nuevos actores, escenarios y formas de tensión global, rebeliones en los massmedia, arte y teoría del caos, estéticas y tecnología post-industrial, etc. Así, no fue difícil que surja la incriminación, desde ámbitos «alternativos», al saber academizado y se lo tilde de «ideologizado» y «antidemócrata» y luego se dictamine su «crisis» o se hable de la urgencia de abrirla a una realidad pluralizada y heterogénea: la supuesta realidad que generaba los «nuevos tiempos». A la divulgación de todos estos textos y artículos que cuestionaban la ideología del cambio social o la identidad teórica del socialismo, que alimentó la reflexión y la crítica, le siguió el fomento a la exploración de temas de «franca relevancia en el mundo».

Para el caso de las artes —plásticas—, el acercamiento a la realidad de «lo cultural» y la globalización representó el ánimo para renovar la reflexión y crítica de arte. Para esto, previamente se retoma a los intelectuales latinoamericanos que desde fines de la segunda mitad de la década de 1970 buscaron desarticular los aparatos teóricos que permitían plantear la oposición entre lo local y lo internacional en las artes o que apaciguaron los temores que generaba la expansión del capitalismo sobre las culturas artísticas y estéticas latinoamericanas [7]. Así, toda opinión, teoría y crítica de arte se orientó a reconstruir y comprender las modalidades de creación de sentido e identidad artística en el nuevo mundo, en un mundo donde —como reza el clise— la fluidez de las comunicaciones ha terminado de desdibujar las oposiciones y barreras y permitido imaginar nuevas formas de democratización y multiplicidad cultural.En esta reconstrucción se deslegitimó la importancia de la crítica de izquierda —vigente en las décadas de 1970 y 1980— por considerar que por sus mecanismos de análisis —centrados en conflictos y tensión socio-estética o en un horizonte revolucionario de reflexión que considera necesario cuestionar, e incluso, «demoler» el orden existente como condición para la construcción de un «orden» estético superior— están impedidos no sólo de penetrar la nueva realidad histórica del arte, sino que no pueden articular nuevas maneras de pensar la relación entre arte y «sociedad civil» y «Estado democrático». Menos aún, entonces, estarían en facultad de producir un nuevo tipo de participación, de ciudadanía o cohesión social en tiempos de globalidad. Quizá esa sea la razón por la que la promoción y defensa de la democracia y los «espacios comunes» sea hoy, más que nunca, la consigna con mayor capacidad para agrupar y movilizar a los pensadores y críticos del arte local.

Éstos reivindican una agenda democrática en el espacio de la reflexión, explicación y crítica de arte, porque lo que predican es una gestión de estéticas que no dependan de estructuras que impliquen divisiones o actitudes «negativas» o cuestionadoras del orden imperante. En su curiosa defensa del orden democrático-liberal han levantado una barricada explicativa y un «todo» estético popular y supuestamente abierto, en donde importa —en nombre de la sana convivencia— sólo interpretar subjetividades (estéticas) y describir nuevos fenómenos artísticos. En cierto sentido, cumplen el trabajo fundamental de llevar todas nuestra propuestas plásticas a los dominios de la democracia radicalizada de hoy: la esfera global donde no hay otro espacio sino el espacio de la misma globalización (y de sus instituciones) para constituir la oposición y la verdad.

Por la constante mención en sus textos, se puede señalar que varios de los que se incluyen en esta nueva corriente buscan, también, recuperar —como un gesto democrático y solidario—, los conocimientos y las prácticas de artistas entendidos como «del pueblo» de los tiempos posmodernos. Pero este gesto reemplaza el concepto de «su poder» con el de «su cultura», minimizando la importancia de la ideología de estas gentes y la fuerza de sus artes. De esta forma el «todo» social, e incluso político, del artista llega a ser el «todo cultural» del artista. En este gesto recuperativo el artista del pueblo posmoderno no tiene ninguna característica determinante: sólo es un emblema alegórico, producto de la actividad del crítico (o curador) mismo. Por lo tanto, el momento mismo de recuperación compasiva de las «memorias», «voces» y «experiencias» que no han sido oídas llega a convertirse en algo similar al espejo del narcisista donde el artista del pueblo sirve sólo para reflejar las preocupaciones y la búsqueda de figuración del crítico o curados de arte liberal posmoderno.


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Ya es típico al interior de toda esta corriente que sus principales miembros, en el marco de la retórica de la «confianza», asuman la representación del artista peruano ante la globalización. Al mejor estilo de los representantes de Estado, ellos viajan (como embajadores de lo peruano) a cuanto evento artístico mundial exista. Pero sus voces intermediarias les devuelven —al artista peruano y a su obra— el estatus de periféricos o de marginalidad pues todas las disidencias estéticas del artífice son sutilmente ingresadas en la máquina —de las metrópolis del arte— para que filtre y exotice las disidencias nuestras y, finalmente, las comercialice en el mercado global.

Y como era de suponerse, también se ha vuelto típico en esta corriente el gusto por formar «espacios de acción concertada», «plataformas» o «ambientes de diálogo de confianza». Y puesto que en esta arena «pública» se discuten temas de «interés común», el artista y la coyuntura social y política serán, naturalmente, temas de debate. Pero esa interacción antes cumple con ciertos procedimientos que regulan la participación. Aquí la única fuerza considerada válida será la de los «buenos argumentos»: aquellos que hablen de la relación arte, democracia y sociedad civil. Por eso no es extraño encontrar en estos pseudos «espacios de debate» cierta animosidad por erradicar a aquellos que les recuerden la supuesta «falsa problemática» del arte: la dominación y la «resistencia cultural», del arte y el poder, y de la pugna entre las estéticas y las ideologías artísticas de una clase social con otra. Es más, allí se descarta la tesis de que el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, reproduce y expresa valores ideológicos diferentes. En otras palabras, se tergiversa conceptos y posiciones, cerrando toda posibilidad para un encuentro fecundo entre el arte y los valores ideológicos. Ésa es una de las paradojas que se producen al incorporar al arte las agendas de la democracia contemporánea y también los parámetros de sus espacios de acción.

Para los que tienen la posibilidad de acceder a estas pseudos plataformas de diálogo, no les será difícil percibir una actitud tendenciosa por enjaular el ímpetu cuestionador y contestatario de los artistas de la región dentro de universos interpretativos fragmentados (únicamente simbólicos, culturales y discursivos) con el objeto de no reinscribir sus demandas en el campo de una búsqueda de la transformación y revolución material y total de la existencia de la sociedad o el sistema artístico. Ésta es la razón por la que en esos lugares nunca se habla de los artistas que abogan por una transformación real de la sociedad: sólo hablan de las virtudes del artista cuya obra «devela» el poder y el discurso hegemónico. De hecho, nunca se refieren a los artistas que cuestionan la clase que detenta el poder: sólo mencionan a los artistas que cuestionan a las instituciones, como si estas tuvieran un carácter independiente al margen del poder central.Así, el arte de Lima deviene ahora en un «espacio» reorganizado por los análisis culturalistas, en base a experiencias cotidianas (globalizadas), que de las organizadas por el antiguo aparato critico "materialista". Esta mirada culturalista obvia los intereses económicos y de poder, y por ello se redefine y aborda el arte como algo popular (como un summun que depende sólo del accionar de las personas, grupos y minorías y no de las estructuras), como parte de un proceso de hibridación cultural, de «cholificación urbana», como lugar de cruces de variables entre la cultura estética local, la nacional y la internacional, y como desapropiación de valores y reconversión de identidades estéticas. Con ello evitan la reflexión y crítica que «nos aísle» o que nos haga recordar la institucionalidad imperante.

Este tipo de neo-crítica también considera lo cultural como único campo de lucha -pero en su sentido estético- o se fija sólo en lo simbólico y la sintaxis del lenguaje artístico. En sus publicaciones se tiende a explicar sólo los movimiento artístico-culturales, sólo a interpretar «Iúdicamente» subjetividades estéticas o sólo a describir nuevos fenómenos cotidianos, «estetizados».

En general, los miembros de esta corriente han renunciado por completo a toda preocupación por las articulaciones histórico-sociales o político-económicas con procesos artísticos e ideológicos cosa que haría más comprensible el problema real de las artes, la identidad, la nación y las representaciones. O tienen la tendencia a desacreditar las «estructuras» teóricas que antaño fundamentaron la reflexión y crítica de arte. En todo momento sus publicaciones plantean la caducidad del lenguaje radical de aquella crítica. Es más, demuestran que fue inservible para, luego, terminar fundando una crítica «más realista», «más acorde» y «menos esencialista». En suma, el fondo de sus pretensiones de análisis de los problemas del arte esta ligado más a contingencias específicas y a exigencias inmediatas que a una suerte de proceso orgánica y éticamente concebido.

Puesto que al interior de dicha corriente se busca apartarse del pasado («teñido de dogmas y utopías temerarias») y desestabilizar la institucionalidad del escribir sobre arte, se habla desde concepciones metodológicas trans-históricas, trans-clasistas, trans-ideológicas, trans-políticas, trans-revolucionarias, trans-nacionales, trans-patrimoniales, trans-centralistas, trans-culturales, trans-disciplinarias y trans-textuales. Así, su narrativa se define bajo principios de la narrativa popular (de concepciones que no requieren justificación teórica ni académica) o ésta basada en desplazamientos y nomadismos conceptuales —incluyendo apropiaciones de sistemas y subsistemas, resignificaciones, préstamos y reciclajes teórico-estéticos. Esta neonarrativa popular —que por ejemplo invade a JUANACHA— es un conjunto de juegos de lenguaje fusionado con la variedad del «discurso de la calle», de lo cotidiano y de lo ordinario: de la nueva realidad «descentrado» y globalizada. Queda reducida, muchas veces, a mera ocurrencia ingeniosa o pura trivialidad.

A los miembros de la nueva corriente los términos comunes como «investigador», «ensayista», «crítico» o «especialista» no les gusta. En tiempos de «giros idiomáticos" y «desarraigos» buscan autodefinirse bajo principios post-académicos o trans-institucionales del arte. Por eso se hacen llamar, vaporosamente, «curadores», «gestores» o «xxx-independientes».Apartados de discursos y teoréticas monocentradas del arte, escriben desde la institucionalidad mundo: el mundo global, democratizado y neoliberal. En su gusto por la simultaneidad, en su convencimiento que vivimos en una esfera pública massmediática han constituido redes de intervención teórica y de debate no identificables por las cartografías del saber institucional o academizado. Lo que los visibiliza son sus textos o «simulacros», en ellos nos dicen que son entusiastas de la globalización y de sus metáforas del descentramiento y que se identifican con la política cultural de los movimientos cívicos, la filantropía corporativa y el socorro internacional para el fomento y desarrollo de las artes y la cultura o que entienden el posmodernismo como una nueva forma de hacer reflexión y crítica cultural, que no apela a instrumentos conceptuales para comprender y explicar las dimensiones materiales e ideológicas en las que se inserta el arte o, finalmente, que han reemplazado las viejas perspectivas de análisis, ligadas a cuestiones políticas e ideológicas por una de activismo dirigida a democratizar y reformar, «en nombre de la razón y sana convivencia», esas «anticuadas» perspectivas de análisis y crítica «distanciadoras», «dogmáticas», «temerarias», «utopistas», «NEGATIVAS» y que antaño todos compartimos.

CONCLUSIONES Y PROPUESTA

No basta acudir sólo a perspectivas simbólico-culturales o únicamente a esquemas de estructuras materiales de la producción y reproducción socio-estética para sustentar el análisis, el comentario o la crítica a una obra o proyecto artístico que cuestiona el inmediato social y político. Para emitir una crítica o comentario de una obra que contenga una actitud de cuestionamiento al poder o a la situación política es necesario atender tanto al arte como espacio privilegiado para una construcción de la cohesión simbólico-social cuanto como espacio donde, también, existen tensiones, conflictos y contradicciones reales de orden ideológico, histórico, económico y de clase.

Consideramos que las propias prácticas artísticas deberán desvanecer esa «amnesia selectiva» de los que al momento de escribir e, incluso, deliberar sobre arte disocian los universos culturales y simbólicos de las estructuras económicas y de clase en las que se inscriben, o establecen que no hay una realidad cruda de lo material y artístico más allá de lo cultural y simbólico. «Amnesia selectiva» que no padeció, por ejemplo, el crítico peruano JUAN ACHA, cuyo aparato teórico y planteamiento crítico, basado en Marx y el Marxismo occidental, nunca descartó ni desdibujó el vínculo tensional y dialéctico entre aquellos universos y estructuras, entre lo material y lo cultural.

Es necesario el reencuentro con el espíritu de aquella perspectiva teórico-crítica que fue un gesto ético, libre y creativo, que concibió el arte como espacio de tensión y conflicto pero también como espacio de construcción y cohesión social. Es necesario que el tema del conflicto y de la ideología sea un tema de reflexión en el arte. No sólo hay que pensar en función en como son las cosas en las artes, hay que retomar el ánimo de pensar en cómo nos gustaría que fueran. Para terminar, nuestros ánimos de interpretar la relación «curador», «gestor» o «critico independiente» con los modos y usos demoliberales sólo pretenden plantear el problema de la intromisión de una agenda y una ideología demoliberal en el hablar y escribir hoy sobre arte.



Lima, febrero de 2008




NOTAS



[1] Villacorta, Jorge. «El lugar de la crítica». En Juanacha, Nº 1, Espacio la culpable. Lima, primavera 2007. Páginas 37-43 [39]

[2] Rowe, William y Schelling, Vivian. Memoria y modernidad. Cultura popular en América Latina.
Editorial Grijalbo, S.A. México D.F; 1993. Página 13.

[3] García Canclini, Néstor. "Cultura transnacional y culturas populares. Bases teórico-metodológicas para la investigación". En Cultura transnacional y culturas populares. Néstor Gorda Canclini y Rafael Roncagliolo (editores). IPAL, Lima, 1988. Páginas 17-76 [34].

[4] Juanacha. Nº 1, Espacio la Culpable, Lima, primavera 2007. 110 páginas.

[5] Esta parte del texto esta inspirado en Edgardo Lander. "Las transformaciones posmodernas de la política". En Raquel Sosa Elízaga (coordinadora). América Latina y el Caribe: Perspectivas de su reconstrucción, ALAS, UNAM, México, 1996.

[6] Machín, Horacio. «Intérpretes culturales y democracia social». En Mabel Morana (editora), Nuevas perspectivas desde/sobre América Latina: El desafio de los Estudios Culturales. Editorial Cuarto Propio, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, Santiago de Chile, 2000. Páginas 335-350 [337].

[7] Entre otras cosas, se retoma a esa generación de intelectuales latinoamericanos que desde la segunda mitad de 1970 rompe los discursos y paradigmas de la izquierda regional que hasta esos años permitía hablar de «resistencia cultural», de arte de los "grupos y culturas opresoras» y arte de los «grupos y culturas oprimidas», de arte, cultura y «liberación» o de arte del «pueblo» y arte de la «elite». Convertidos en funcionarios del sistema desde la década de 1980, serán los encargados de forjar planteamientos que sostienen que las culturas populares latinoamericanas mostraban una capacidad enorme de adaptación al avance del neocapitalismo y su cultura globalizante y por lo tanto era absurdo sostener la «vieja» ideología de la «resistencia». Asimismo, establecen ideas como que la «cultura baja» ya no era «baja» sino un escenario «vivo» e «hirviente» de resignificaciones plásticas y estéticas porque en tiempos de globalización todos tienen la oportunidad, y capacidad, de apropiarse de los códigos y mensajes del orden "hegemónico". Para estos neoconservadores la «apropiación» pasó a ser una práctica intercultural de «resistencia» a la «dominación». También dijeron que no existe una «masa» controlable o alienable pues, realmente, existen —desde 1989— «ciudadanos» activos, que se mueven libre, autónoma y desideologizadamente en la complejidad inabarcable de una cultura globalizada e híbrida.
Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


ARTECORPUS presenta: "IN"

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Pintura, instalación y animación 3D
Juan Carlos Delgado

La página web ArteCorpus presenta la exposición : IN. Pintura instalación y animación 3D del artista plástico Juan Carlos Delgado.

Comprender el por qué de las cosas ha sido una inquietud inherente al ser humano desde que adquirió razón y conciencia. Ya sea a través del arte, la filosofía, la religión o la ciencia, buscamos respuestas a nuestras preguntas existenciales (quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos) para vivir más tranquilos en un Universo lleno de misterios.

La exposición IN que se realizará en Centro Cultural (Galería Subterránea) de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú - ENSABAP, invita a la reflexión sobre estos aspectos existenciales a través de pintura abstracta, instalación, animación, visitas guiadas y algunas dinámicas con el público asistente.Con el boom del Internet, las telecomunicaciones y las industrias del entretenimiento, la Pintura y el Arte en general necesitan plantear nuevamente su hacer, reinventarse y evidenciar su rol social con más claridad.


Juan Carlos Delgado utiliza su propio yo para analizar y retratar su condición como ser humano, ciudadano y artista visual, en temas tales cómo la vida, la muerte, el sexo, la tecnología, su entorno y la función que cumple en un momento lleno de cambios, crisis y movimiento, usando de apoyo los valores de la estética Zen (el artista es también practicante de aikido), con el objetivo de representar un proceso de autodescubrimiento que, tarde o temprano, toda persona llegará a experimentar. Enfrentarse con el lienzo en blanco e ir hallando el cuadro en el hacer mismo puede ir más allá de la experiencia plástica, para lograr una experiencia de autoconocimiento, existencial e incluso de tipo religioso. “Más allá de cualquier tendencia dogmática, creo que el arte a través de la pintura puede manifestar un gran canto de interioridades, donde podemos hallarnos todos” - Juan Carlos Delgado.



www.juancarlosdelgado.com


La exposición IN se inaugurará en el Centro Cultural de la ENSABAP el 01 de julio a las 7:30pm y permanecerá abierta hasta el 23 de julio de 2008. Las visitas guiadas serán los días sábados de dicho mes, en dos turnos: 10:00am – 12:00m / 2:00pm – 4:00pm.

Mayor información:
Centro Cultural de Bellas Artes
Atención: lunes a viernes: 10am – 8pm
sábados: 10am – 4pm
Dirección: Jr. Huallaga 402-Cercado de Lima
Teléfono: 426 6966

Organiza:
Asociación Arte Corpus.org
www.artecorpus.org
artecortpus@hotmail.com


Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008





Entrevista al maestro Alberto Agapito


*Por: Julisa Espinoza Bedón
Investigadora e Historiadora del Arte


“Estaba en el comedor mirando hacia el jardín, de pronto apareció una avecilla de rojos intensos y se detuvo en un arbusto en busca de alimento. Con esa mágica presencia de tan extrañas y admirables formas en mi cabeza, corrí a mi taller y empecé a dibujar”.(1) Esto le sucede al grabador Alberto Agapito cuando una intensa presencia lo atrapa y lo invita a coger lápiz y papel o a mancharse las manos de tinta.




Posando al lado de sus visiones aladas.

El maestro Alberto Agapito nació en Mala (1949), un valle costeño del sur peruano. “Soy un lunar en la familia” -afirma. Sus padres eran agricultores y su tío farmacéutico. Soñaban con verlo vestido de blanco y le preparaban las sendas de la medicina. En cuarto año de secundaria, una visita inesperada le cambió el destino. Un profesor cargado de bandejas, ácidos y placas vino a enseñarles grabado. Fue la primera experiencia con el arte del dibujo al revés. Quedó tan admirado de esta cualidad, que al terminar el colegio decidió seguir el camino de los buriles y las gubias. Al enterarse su madre, ella recordó que en Mala habían unos personajes llamados “moneros”, quienes errantes, tocaban las puertas de casa en casa, y ofrecían a los habitantes pintarles retratos a cambio de dinero; y le dijo: “¿Qué vas a hacer? ¿Cómo te vas a mantener? ¡Andarás como ellos!…”. Viajó a Lima con la intención de matricularse en la Escuela de Bellas Artes, pero el terremoto de 1966 en la capital, se lo impidió. Las calles estaban inmersas en una atmósfera ensombrecida y el edificio de la escuela quedo afectado. Las actividades académicas fueron suspendidas, y muchos jóvenes no alcanzaron a tener un pincel entre las manos.



Sin título. Colografía (1986).El ICPNA ha editado el catálogo de su muestra en homenaje a sus 35 años de trayectoria.


La inquietud de seguir adelante en sus propósitos lo llevó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica. A pesar de su condición humilde, pudo superar obstáculos de una universidad privada. Todo lo consiguió con perseverancia, desde lograr las primeras ventas hasta obtener becas de estudio por su buen rendimiento. Tuvo el privilegio de conocer al maestro Adolfo Winternitz (Viena, 1906 – Lima, 1993), quien fue director de la entonces Escuela de Artes Plásticas (hoy Facultad). Él enseñó a sus alumnos, cuenta Alberto: “Necesitas cinco minutos de inspiración, el resto es trabajo”.


Importantes pintores nacionales solicitaron al maestro ejecutar grabados para sus diseños.Sin título. Monotipia (1990).


“Alberto Agapito: muestra antológica (1968 - 2007)”, fue un ejemplo de aquella frase. Se exhibió el pasado mes de mayo en la galería ICPNA, San Miguel, y reunió gran parte de su producción. Sus motivos van de lo figurativo a lo abstracto: Montañas, lunas, aves, figuras geométricas y estructuras. Una mirada, Agapito las ha transformado en arte. Desde niño vivió rodeado de naturaleza, es su máxima inspiración. Pasamayo, paisaje de carreteras sinuosas, mar y arena, donde el sol eternamente muere al atardecer, le sirvió para plasmar la visión de un estallido de colores intensos, vibrantes y eternos, ordenados en un caos sin salida. El color es su lenguaje. Ellos parecen competir por brillar en el espacio de su límite cuadrado. Acaricia el alma y nos invita a entrar en el fascinante mundo de sus misterios.(2)




Intaglio (1971).Primer premio nacional de grabado del ICPNA.




En 1972, el último año de su carrera universitaria, andaba preocupado por el futuro que le esperaría fuera de las aulas que lo habían acogido. Ocupado en el taller, entregado a los quehaceres cotidianos de su profesión, no se imaginaba una noticia inesperada. Entró el conserje y le dijo: “¡Agapito le llama el profesor Winternitz!”. Mientras iba a la oficina, repasaba preocupado si había cometido alguna falta –los artistas eran bohemios y no faltaban las reuniones de copas. Winternitz le dijo: “Siéntate te tengo una sorpresa. Tú vas a conformar la plana docente” . Agapito enmudeció. “Que cara abre puesto, que replicó”: “¿Quieres o no quieres?” Desde entonces es profesor de la especialidad de grabado.





Sin título. Monotipia (1990).



Sin embargo, el horizonte de un grabador no siempre es feliz: “Es difícil de vender, no hay mercado”. Y es porque al ser producidos en varias copias, a veces no los adquieren por el temor a que algún amigo ya los tenga colgado en su casa, o porque creen que materiales como la tinta o el papel no son perdurables, dice Agapito. Tilsa Tsuchiya (Supe, 1936 - 1984), quien fuera reconocida artista plástica en nuestro medio, le dio un buen consejo en los ochenta: “Lo mejor es que sigas produciendo y guardes…algún día va a aparecer alguien”. Alberto comprobó cuanta razón tenía.



Agapito es integrante de uno de los talleres particulares de grabado con más persistencia en el país: el Taller 72.Intaglio (1985).


Una confesión: Alberto Agapito anuncia el cierre de su etapa como grabador, su separación del Taller 72 y el rumbo por un nuevo camino: La pintura.El grabado es una arte completo, requiere la destreza de técnicas variadas en cada una de las fases de su producción. Estamos seguros que en esta aventura nuestra alma se verá una vez más capturada en la amplitud de todos nuestros sentidos. Otra vez el tiempo correrá para atraparnos y alejarnos por instantes de nuestra existencia cotidiana.


Sin título. Técnica mixta (2007).

Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


La importancia del mecenazgo Cultural

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Las contribuciones del mecenazgo público al patrimonio artístico siempre ha sido claves dentro de el desarrollo y enriquecimiento de las colecciones museísticas, la creación de galerías, centros de arte, nuevos espacios y presentaciones culturales El apoyo prestado a los artistas económicamente fomenta el desarrollo cultural de su tiempo.



En la actualidad la llamada esponsorización heredero directo del tradicional mecenazgo, responde a criterios empresariales pues se utiliza como un instrumento para lograr publicidad, sin embargo, su origen se identifica con el del mecenazgo o patrocinio como una forma de mecenazgo moderna y adaptada a las estructuras económicas actuales.
*Nuestros lectores nos brindan una importante opinión en el foro Artecorpus sobre la manera en que se puede concienciar a las empresas para brindar mayor apoyo a las actividades artísticas.

“Me parece que la palabra correcta seria "patronazgo", que más que un apoyo desinteresado hacia el artista era una especie de "marketeo" de parte del titular mecenas, que como ya todos sabemos mas o menos en el XVIII se identificaba más en lo que vendría a ser la nobleza, la iglesia y algunos que otros reinados o gobernantes, por así decirlo; ya que la única finalidad era la de poder dejar huella a posteridad de su nombre y su ya obtenida posición en la sociedad, y que luego con el pasar del tiempo deriva en la búsqueda de un patriotismo. Aplicándolo ya a la actualidad, creo que la palabra correcta sería un mecenazgo pero en relación a empresas o instituciones que no sólo disfruten del arte en general, sino que también podría servir para proporcionar no sólo la dicha publicidad sino también crear ante la sociedad, un puente o una relación directa entre esa empresa y/o institución con la cultura y el arte (de sobre quién se haya ejercido el mecenazgo), que en muchos de los casos sería explotado para diferentes finalidades, incluyendo una concepción (no en todos los casos claro) de algún modo equivocada por quienes no tienen la suficiente idea de mecenazgo cultural, por así decirlo. Y para ésto se deberían estipular dentro de un marco conceptual global, ideas que evoquen un análisis y sobre todo capacitaciones o conversatorios por parte de gestores culturales o curadores, a las entidades interesadas para crear una interacción más clara y guiar este hecho hacia un sólo punto: el apoyo desinteresado hacia una identidad y educación cultural para la sociedad en general”.
Yan


“Si se toma solo la relación de empresa y mecenazgo tal vez la pregunta más adecuada no sería el cómo concienciar a la empresa privada, sino el de cómo concienciar a la población con respecto al consumo del arte, a la empresa como tal, tiene como primacía ganar dinero e invertir para mejorar su marca. Si a la población no le importa el arte preferirá invertir en otro sector como el deporte. Nunca se ganan mundiales en fútbol pero todos publicitan e invierten en fútbol.Entonces se está frente a un dilema, en el que la solución son dos: primero hacer marketing y la verdad seria bueno, ha habido buenas actividades culturales pero casi nunca se sabe de ello, hay que aprender a salir de la galería y de los centros culturales. Lo segundo es enfocarse a un nuevo grupo que pueda patrocinar las actividades culturales. Y es que muchos no saben cómo funciona la cuestión de la publicidad empresarial, por ejemplo muchas empresas están obligadas a hacer lo que se llama el gasto social, esto por contrato cuando se realizó las privatizaciones, muchas empresas dan dinero para saneamiento, deportes, arte, etc. No porque quieran, sino porque están obligadas. Por otro lado existen diversas instituciones internacionales dispuestas a dar dinero para actividades culturales, el problema es que no existe un contacto con ellas, y son dos problemas una es el idioma y la otra el conocer cuáles son. Por ello convendría darse una vuelta por las diversas embajadas y más de uno se daría una grata sorpresa, convendría aprovechar que este año el Perú termina su presidencia después de dos años del encuentro de América Latina el Caribe y la Unión Europea. En resumen hay que ponerle ingenio, hay que innovar y diversificarse.”Charles

“Es evidente que el mecenazgo, hoy patrocinio, juega un papel importante en el quehacer cultural. Sin embargo su imagen no es muy clara, cuáles son las pautas de acuerdo, cómo se acerca el artista a ello, o a la inversa cómo se acerca la empresa a ellos. ¿Está ahí la participación o intermediación de un gestor cultural o un curador? La respuesta sale a flote y creo que hay muchos matices en este asunto. Es evidente que hay interés de por medio, los hay como el publicitario, como un medio más para fijar la marca de la empresa. También está en encontrar reconocimiento como entidad que apoya el Arte, y se sabe que muchos de ellos manejan un presupuesto anual para este fin. Y está el artista que busca un medio por dónde revelar su hecho creativo. Creo que es un interés equilibrado donde ambas partes pueden beneficiarse. ¿Y cómo hacer que haya más apoyo? En principio será hasta donde el presupuesto pueda cubrir. Y creo que ahí va la creatividad y la iniciativa de artistas, curadores o gestores para armar propuestas organizadas y llevarlas a estas entidades y encontrar su apoyo. Suena sencillo, pero sin embargo esto es una tarea que demanda algo de tiempo, pues muchas entidades arman sus cronogramas de actividades con un año de anticipación y con ello su presupuesto de gastos. Aquí es donde se debe buscar mayor dinamismo e innovación como ya lo dijeron anteriormente”. Fred



*Agradecemos la participación de nuestros lectores en el Foro Artecorpus.


Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


30 y 31 de octubre de 2008
Lima, Perú


Desde la Red Iberoamericana de Gestión y Valoración de Cementerios Patrimoniales, queremos extenderles una invitación especial a nuestro encuentro anual que tendrá lugar en la ciudad de Lima los próximos 30 y 31 de octubre de 2008.Para este IX Encuentro Iberoamericano tendremos una amplia programación académica, en la cual abordaremos el tema del patrimonio, los rituales de la muerte, el avance en los proyectos de gestión y valoración de cementerios, así como iniciativas novedosas relacionadas con asuntos de interés como son el caso de los memoriales y el tema de los desaparecidos. Aspectos estos últimos de especial sensibilidad, pero que se constituyen en un hilo conductor de pueblos que conspiran contra el olvido, a través del diálogo simbólico con la muerte y la incertidumbre promovida por largas esperas en atención de aquellos que se marcharon sin dejar rastro.En esta ocasión las jornadas académicas se desarrollarán en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la Avenida Camino Real 1075 San Isidro, pero tendremos la oportunidad de acercarnos de manera especial al Cementerio Presbítero Maestro, el cual conmemora en mayo los 200 años de su fundación.Desde ya les extendemos nuestra invitación calurosa a unas jornadas en las que el patrimonio, los cementerios, la muerte y la memoria, se unirán en torno a esta Red que crece gracias al trabajo y el apoyo de todos ustedes.

Luis Repetto

PresidenteRed Iberoamericana de Valoración y

Gestión de Cementerios Patrimoniales



* Si desea descargar la investigación sobre el Bicentenario del Presbítero Maestro en formato Power Ponit haga CLICK en el siguiente enlace:



PRESBITERO MAESTRO(Autora: Gabriela Lavarello de Velaochaga)


Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


LA COLECCIÓN DAROS-LATINOAMERICA EN BRASIL

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Por: Eibby Rosillo Angeles Investigadora e Historiadora del Arte
Radicada en Zúrich, Suiza, Daros es la colección de arte contemporáneo más importante que tiene Europa y ahora está por abrir un espacio cultural –Casa Daros- en Río de Janeiro donde ha creado expectativa y propone un espacio de discusión, reflexión y análisis del arte contemporáneo latinoamericano.



Casa-Daros al interior.


Actualmente Daros cuenta con tres importantes colecciones de arte americano: Daros Collection, orientada al arte norteamericano de pos guerra; Daros-Latinoamérica, que desde el 2000 viene agrupando a una serie de artistas contemporáneos de América Latina de los últimos veinte años y Daros Contemporáneo, que reúne y promueve el arte joven europeo.Adicional a la colección se viene desarrollando el programa Daros Art Education que promueve acercar el arte contemporáneo a la gente y dirigido al público joven.













Guillermo Kuitca. Capitonée House Plan. 1991. Daros – Latinoamérica.











LA HISTORIA

Daros como colección, comienza su historia en los 80’s con la recopilación que hizo Alexander Schmidheiny junto a Thomas Ammann de una copiosa adquisición de arte norteamericano entre las corrientes como el pop art, expresionismo abstracto, minimalismo, entre otras. Luego de la muerte de Alexander, la colección pasa a manos de su hermano menor Stephan, quien es creador también de la Fundación AVINA, para administrarla y gestionarla formando una empresa especializada en arte llamándola Daros. Es en el año 2000 que forma la colección latinoamericana que a la actualidad cuenta con cerca de mil obras de más de cien artistas, entre ellas de los argentinos Guillermo Kuitca y Julio Le Parc, el mexicano Carlos Amoraes, las colombianas Maria Fernanda Cardoso y Doris Salcedo, los brasileños Mira Schendel, Lygia Clark, Antonio Dias, Waltércio Caldas, Mario Cravo Neto, Hélio Oiticica; los cubanos Tania Bruguera y Juan Carlos Alom, entre otros.










Carlos Amorales - From The Bad Sleep Well N01 (2004)





CASA DAROS EN BRASIL

En este año, 2008, está proyectado la apertura al público del espacio cultural denominado Casa Daros. Se encuentra ubicado en un antiguo edificio que primero fue un Recogimiento de Huérfanas en el siglo XVIII y posteriormente pasó a ser el Centro Educativo Santa Teresa hasta que en el 2005 fue conocido como el Colegio Anglo-Americano. Ubicada al lado de lo que fue el Hospicio Pedro II, en la calle General Severiano 159, del barrio Botafogo al sur de Rio de Janeiro, la arquitectura ocupa diez mil ochocientos metros cuadrados y posee dos amplios patios internos. De estilo neoclásico, el edificio fue planeado por el arquitecto de entonces Francisco Joaquim Bethencourt da Silva y pertenecía a la Santa Casa de la Misericordia, institución hospitalaria que para 1868 había fundado el recogimiento de huérfanas donde las acogían llegando incluso a otorgar un dote a sus protegidas. Adquirido por 16 millones de reales (cerca de $ 9, 657,193) Actualmente ha sido restaurado y rediseñado por el arquitecto Paulo Mendes da Rocha donde la Casa Daros ubicará las diferentes expresiones artísticas contemporáneas, así como tendrá espacios para “promover charlas, cursos, talleres, visitas guiadas y publicaciones especiales. Habrá también una programación audiovisual, educativa, destinada a los más variados grupos de personas, y de investigación, que quedará a disposición de todos” como menciona en la web de la institución.Se encuentra actualmente dirigido por Eugenio Valdés Figueroa e Isabella Rosado Nunes.




María Ferndanda Cardoso. Dancing Frogs on Wall, 2002. Daros – Latinoamérica.



PROYECTOS Y EXPOSICIONES

La Fundación Avina, en colaboración con Daros, ha abierto las inscripciones para la segunda edición de las Becas Avina de Investigación Periodística para el Desarrollo Sustentable hasta el 1 de Julio de 2008, esta vez incluyéndose el tema Arte y Sociedad. El objetivo corresponde a la iniciativa de Casa Daros en incentivar reportajes sobre la educación y producción artística contemporánea en América Latina. Para inscribirse y conocer las bases puede accesar la web de Avina: http://www.avina.net/ Por el momento Daros-Latinoamérica tiene exponiendo en la sede de Zúrich, hasta el 07 de setiembre, la muestra Face to Face. Es la primera muestra que hace la institución poniendo frente a frente las colecciones existentes con artistas latinoamericanos y europeos de la segunda mitad del siglo XX. Parte de la colección también se mostrará en Tabakalera, ubicada al norte de España, en San Sebastian, País Vasco, donde más de treinta obras de 24 artistas contemporáneos de Latinoamérica, se exhibirán desde el 19 de julio hasta el 05 de octubre.Para conocer más de la colección Daros-Latinoamérica pueden ingresar a la web de la institución: http://www.daros-latinamerica.net/



Vista de la Casa-Daros.


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Dirección: Rua General Severiano 159, Botafogo .

Rio de Janeiro – Brasil.

CEP: 22290-040

Teléfono: +55 21 22750246

E-mail: rio@daros-latinamerica.net

Edición Nº 11, Año 3, Junio - Julio 2008


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