Edición 15 - Cine

Posted by . On miércoles, 19 de mayo de 2010 0 comentarios
Cuando la imagen se revela: el cine experimental

El joven realizador Rafael Arévalo nos habla de su primera película experimental Alienados y otros temas polémicos del cine peruano.

Por: Julisa Espinoza

Un hombre que duerme por largas horas (Sleep, Andy Warhol, 1963). Cuarentaicinco minutos de nubes y piedras (La Région Centrale, Michael Snow, 1971). Figuras geométricas que aparecen y desaparecen (Ballet Mecanique, Fernand Léger, 1924). Objetos que se mueven como máquinas pero sin utilidad alguna (The Way Things Go, Peter Fischli and David Weiss).

Surgidas de una imaginación irreverente, éstas películas fueron realizadas por directores que se atrevieron a romper las reglas del cine convencional y sacar de sus casillas a cualquier consagrado cineasta. El objetivo: ser provocadores, imprimir un sello personal o transmitir sensaciones visuales a través de una propuesta diferente.

El cine experimental nació en Francia a inicios del siglo XX con las corrientes impresionistas y dadaístas en el cine, las cuales utilizaron de manera particular los recursos del lenguaje audiovisual. Un ejemplo de ello es La caída de la casa de Usher (Jean Epstein, 1928), basada en la novela del mismo nombre escrita por Edgar Allan Poe. Epstein recurre a escenas de una sola toma, cámaras lentas, sobreimpresiones, desenfoques e iluminación; elementos ideales para graficar el clima enrarecido que circula en esta cinta de horror.
El cine peruano no se ha quedado atrás en éste género. En 1952 el renombrado pintor Fernando de Szyszlo, contagiado por el vanguardismo europeo, se atreve a dirigir un corto de temática surrealista titulado Ésta pared no es medianera, en la que actúa junto a su entonces esposa, la poeta Blanca Varela y amigos artistas.
Hay tres caminos frente a una película experimental: abandonar la sala, quedarse valientemente hasta el final o quedarse dormido. Sin embargo, a pesar de las duras críticas y de ser tomada pocas veces en serio, el cine experimental es una posibilidad para reinventar el cine frente a la maraña de películas donde todo parece estar dicho y hecho. Para los parientes del cine experimental, como algunos de los filmes del director canadiense David Cronenberg, las propuestas atrevidas le han servido para encarar con soltura otras visiones y géneros, como el caso de la cinta The Fly (La mosca, 1986).

ArteCorpus conversó con Rafael Arévalo (Lima, 1982) sobre su primera película de corte experimental (Alienados, 2008) y sobre nuestra realidad cinematográfica. Las expresiones vertidas, ciertas o no, nos permiten conocer la percepción de las generaciones más recientes de realizadores.

Alienados y el Cine Peruano por Rafael Arévalo:

Grabado en formato DVD, Alienados no me costó más de 250 dólares. Eso lo gasté en comprar casetes, pasajes y alcohol para celebrar con mis amigos después de las grabaciones. Ellos además me apoyaron en la producción, entre jalar cables y cargar luces. Tengo la suerte de compartir con mis amigos el gusto por el cine.
La cámara profesional que me iban a prestar la robaron unos días antes de la grabación. No tenía buenos micrófonos ni iluminación, así es que quise convertir todas las limitaciones y defectos en efectos: decidí utilizar una cámara casera y homenajear el cine mudo. Pero en éste cine hay que expresar mucho y mis amigos no eran actores, entonces dije: vamos a despersonalizar a los actores, despersonalizar la historia y convertirlo todo en una historia colectiva; voy a transmitir esa nada en los personajes. Por eso todos los personajes (creyentes de ovnis) -excepto uno- empiezan dementes, idos y aislados. No quise hacer efectos ni disolvencias, todo lo contrario: use tomas largas, muy pocos movimientos de cámara, blanco y negro, jugué un montón con los tiempos sin orden cronológico y grabé de día y en un solo plano; justamente para alargar esa sensación de la nada en la que estaban sumidos los personajes. En cuanto a la música está usada para llenar los vacíos de la falta de audio y para crear atmósferas.Sé que es una propuesta muy diferente de lo que se suele hacer en el Perú pero no quería caer en lo más tradicional, en lo más común. Con el poco presupuesto y la oportunidad de experimentar que te brinda el digital, dije: al diablo, hagamos una película completamente diferente. Si no puedo hacer la película más normal quizás si la más anormal. A la película le ha ido muy bien, me la han pedido de lugares menos pensados: Chile, España y Bolivia; próximamente se presentará en Argentina. La idea es retar al espectador, decirles que todos somos capaces de hacer una película.
Mientras países como Argentina o Chile producen y premian cine en digital, en el Perú se piensa que el digital no es cine de verdad. Es cierto que tiene limitaciones como la profundidad de campo o la ausencia de una imagen preciosista pero sólo es cuestión de ser conscientes de lo que quieres contar para acoplar tu historia. El digital permite además ser un campo de prueba para saber cómo resolver cuestiones de puesta en escena, dónde colocar la cámara, usar la edición o el tiempo desarrollado: te enseña a aprender el lenguaje. Pero la misma gente se auto limita, estudia varios años para terminar haciendo un guión y no han grabado ningún corto. Lo importante es intentar, mandarse, descubrir y correr riesgos. Hoy la tecnología es cada vez más barata y buena. Es cuestión de tener una idea y una cámara.

La cartelera de Lima es pésima. La mayoría son blockbuster gringos -un cine bien idiota en donde todos terminan besándose al final- y plagas de clichés. Sólo en cineclubes se proyectan cine de autor: los dramas humanos, cómo son los barrios bajos de Francia o películas que transmiten la idiosincrasia de Asia. Esas películas arriesgan y cuentan cosas sin mostrarte todo, te permiten ver un punto de vista diferente, porque no estamos en Asia ni en Francia. Encuentro más feeling en una escena donde un hombre ve a una mujer cepillarse los dientes. En el cine comercial rara vez vas a encontrar eso.

El público peruano no va a ver cine nacional porque no se identifica con lo que ve, no se siente tocado. Nadie se va a identificar con películas como Cuatro o Tarata porque siempre se llaman a los mismos actores y se muestran temas cliché como la miseria de la clase alta o lo popular. También en la mayoría de películas las actrices hacen escenas de desnudo por gusto, se venden muy fácil; y hay violencia e insultos con carajos a cada rato. Se subvalora al público, no se le respeta.
Conacine (Consejo Nacional de Cinematografía) sólo premia temas que tienen que ver con lo peruano: la sociopolítica nacional, el terrorismo, etc. Hay un tema de argolla, siempre premia a los mismos dinosaurios: Lombardi, Tamayo, Chicho Durant, quienes siempre ganan. En cuanto al cine digital Conacine, debe hacer algo para que se haga más películas en digital, repartir premios no a grandes proyectos sino a varios pequeños.
Rafael nos cuenta que para este 2010 tiene planeado presentar cinco cortos que se entrelazan con historias de suspenso, tomando como personajes íconos bien peruanos como el Ekeko o el Tumi. Será una historia más tradicional y accesible, dice. Nos adelanta que para este próximo trabajo actuaran profesionales y grabará con equipo A1. Otro proyecto que tiene para el siguiente año es participar en el Primer Festival de Cine B Peruano, el llamado cine de bajo presupuesto, que será organizado por un reconocido portal de cine: cinencuentro.com.

Un cine diferente:
El perro andaluz (Luis Buñuel, 1929 http://www.youtube.com/watch?v=uYr_SvIKKuI
Pierrot le fou (Jean-Luc Godard, 1965): http://www.youtube.com/watch?v=ycg2yb3qiUo
Cabeza borradora (David Lynch, 1977): http://www.youtube.com/watch?v=Ub_Oa5PF2UI
Los actores (Omar Forero, 2006): http://www.youtube.com/watch?v=yQjo3KHBYjM

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